Todavía resuenan en mis oidos
la voz de Antonia y el toque Juan Ramón
en esa noche flamenca de la peña cacereña "Amigos del Flamenco de Extremadura"
En el marco incomparable del
Salón Gredos del Hotel Extremadura,
sin equipos, al natural y
para un grupo privilegiado de aficionados,
que asistimos a una velada que
tardaré mucho en olvidar.
Tras una ronda de tonás, entremetiendo,
con un gusto exquisito,
la nana
de "La Profecía" de Rafel de León,
nos brindaron una caña perfecta,
con la novedad de unos paseillos a dos voces,
que dieron a la pieza un aire de
modernidad y frescura.
Unos tientos y tangos,
homenaje a la Niña de los Peines,
un verdial en el que nos recordó a
las pandas de los Montes de Málaga,
una bandolá de Juan Breva y
una malagueña de la Trini
pusieron fin a la primera parte.
Tras el descanso,
Juan Ramón
nos brindó un solo de guitarra
en el que me pareció recordar
que no debería faltar en la discoteca
de todo buen aficionado.
Antonia,
con el sabio acompañamiento de su pareja,
tras una guajira
hecha con mimo y dulzura y
respetando la métrica del cante,
nos ofreció una soleá en la que
homenajeó a dos mujeres:
La Serneta y Fernanda de Utrera.
Unas seguiriyas en recuerdo a
don Antonio Chacón,
a Diego el Marrurro y
a Sebastián el Pena (padre),
que a pesar del agotamiento que
este cante supone cuando se hace
con el sentimiento que le puso la malagueña,
dieron paso a unos fandangos recordando
a Manuel Torre,
a José Cepero,
con rasgos del onubense
José Rebollo y
al Niño Gloria,
a los que siguió un
cuplé por bulerías
en recuerdo de nuevo de
Pastora Pavón
pusieron el punto final
a una velada inolvidable.
***
Mis seguidores saben que no me gusta hacer crónicas de los conciertos a los que asisto porque siempre encuentro algún despropósito del que no me gusta hablar. En este caso, con gran satisfacción, ya que no vi ni escuché nada que no me dejara plenamente satifecho, no he podido evitar el deseo de escribir esta modesta opinión.
Otra cosa que llamó mi atención:
En todas las veladas de peñas o conciertos, los artistas esperan a que el público asistente esté debidamente sentado para hacer su entrada entre aplausos.
Con gran sorpresa y admiración por mi parte vi, cuando entrábamos en el Salón Gredos a Antonia, a la derecha, y a Juan Ramón, a la izquierda, esperando de pié la entrada de los asistentes. No pude evitar, a pesar de mi timidez, derigirme a Antonia para mostrar mi admiración y felicidad ya que es una de las artistas que más admiro y respeto del momento.
Lo mismo sucedió al final, ambos artistas permanecieron de pie mientras se vaciaba la sala.
Esto nos da una una ideá del rasgo de humildad y respeto de
estos "monstruos" del flamenco, con perdón por el apelativo,
hacia el público que les paga.
A los artistas y a la peña:
¡¡¡GRACIAS POR LA VELADA!!!
*****
Mi buen amigo, Felipe Lara, me envía una colombiana, escrita al hervor de los acontecimientos políticos de estos últimos días, que me complace hacer pública y que espero poder escuchar pronto en su voz.
Retrógrados fules
(Colombiana de Felipe Lara)
Quieren volver a liarnos
con una nueva cruzada.
Y esto ya no va de rojos
fusilados por azules,
ahora va de progresistas
y de retrógrados fules.
“coletilla final”
Hijos de obreros,
tras estudiar,
grandes talentos (bis)
han de emigrar.
Nota:
"fules" o "fuleros" del calorró gitano se podria traducir por
mentirosos, falsos o personas poco decentes.