Llevo largo rato pensando en lo de agoreros y, aunque no me gusta el término, no encuentro otro mejor para referirme a aquellos que desde hace casi doscientos años llevan pronosticando que "esto se acaba".
Y por eso de que no me gusta el vocablo quiero aclarar que en modo alguno lo utilizo en forma despectiva. Los personajes que voy a nombrar merecen todo mi respeto, han sido, son y seguirán siendo grandes figuras del flamenco; pero, en mi modesta opinión, se equivocaron como lo seguirán haciendo todos los que anuncian la hecatombe o el apocalipsis del Arte Flamenco.
--La larga lista la inaugura Antonio Machado y Álvarez, "Demófilo" (Santiago de Compostela, 1.848 - Sevilla, 1.893), padre de los Machado, cuando
""...anuncia con toda solemnidad la muerte inminente del "cante gitano", cuya pureza, dijo, sufría mil peligros en aquellos cafés abarrotados de un "público que paga"..."" (Miguel Mora en "La Voz de los Flamencos")
Silverio Franconetti, el Gran Payo, demostraría que lo que Demófilo llamaba muerte no era sino evolución, sin olvidar que la mayoría de los estilos flamencos nacieron en la época gloriosa de los Cafés Cantantes.
--Fernando Rodríguez Gómez (Triana, 1.867 - Camas (Sevilla), 1.940), más conocido como Fernando el de Triana, cantaor profesional y autor del libro "Arte y Artistas Flamencos", editado en 1.935, también teme por la decadencia y escasez de cantaores sistemáticos como Juan Breva, El Canario, Chacón, Fosforito el Viejo, etc. y critica a la pléyade de "niños" y "niñas" que sólo saben cantar fandangos y milongas.
""Estos niños ya se sabe: fandangos y más fandangos, pero todos los fandangos iguales; y si el público tiene el mal gusto de hacerles repetir, se dejan venir con el "Sordao herío" o "Juan Simón" (...) ¿Por qué el público que paga no obliga a esa legión de marchosos, amparados, sin derecho a ello, en el nombre de artistas, a que aprendan a cantar y cuando sepan que lo exploten profesionalmente?...""
En esta época de la llamada Ópera Flamenca, denostada por tantos y tantos flamencológos, se crearon los fandangos de Pepe Palanca, el Gloria, José Cepero, Macandé, Manuel Vallejo, El Carbonerillo, el Niño de la Calzá, Antonio El Sevillano, Pérez de Guzmán, Niño de Fregenal y tantos otros. Y no digamos nada de las colombianas y otros de los llamados Cantes de Ida y Vuelta.
--Antonio Mairena (Mirena del Alcor, 1.909 - Sevilla, 1.983) grande entre los grandes, una enciclopedia del cante que estudió, investigó, recuperó y revalorizó cantes que, de no ser por él, se habrían perdido en la noche de los tiempos. Todo lo bueno que se diga de él será siempre poco; pero creo que cometió el error de intentar dogmatizar y proclamar lo que era válido y lo que no lo era, primando al cante gitano por encima de todo.
--Mas dogmáticos aún fueron sus seguidores y la corriente del Mairenismo sacralizando la figura del Maestro a extremos casi heréticos. Muchos seguidores de esta corriente hablan de la estética de lo jondo de forma excluyente identificándola con el lema "Jondo o Nada". Para mí la estética de lo jondo se identifica con la pintura, la poesía, la fotografía y todas las manifestaciones artísticas inspiradas o basadas en el Arte Flamenco.
--Antonio Nuñez "El Chocolate" (Jerez de la Frontera, 1.930 - Sevilla, 2.005) en su disco "Mis setenta años de cante" escribe:
""Recuerdo con tristeza un Flamenco grande y universal. Un Flamenco espiritual y hermoso que muchos hombres y mujeres -artistas y aficionados- contribuyeron a que sea una de las músicas más reconocidas del mundo, y creo que se nos va. Me estoy quedando solo.""
--Manuel Agujetas, de una de las sagas cantaoras más flamenca y más gitana de Jerez, cantaor con denominación de origen, es todavía más drástico y claro:
Y por eso de que no me gusta el vocablo quiero aclarar que en modo alguno lo utilizo en forma despectiva. Los personajes que voy a nombrar merecen todo mi respeto, han sido, son y seguirán siendo grandes figuras del flamenco; pero, en mi modesta opinión, se equivocaron como lo seguirán haciendo todos los que anuncian la hecatombe o el apocalipsis del Arte Flamenco.
--La larga lista la inaugura Antonio Machado y Álvarez, "Demófilo" (Santiago de Compostela, 1.848 - Sevilla, 1.893), padre de los Machado, cuando
""...anuncia con toda solemnidad la muerte inminente del "cante gitano", cuya pureza, dijo, sufría mil peligros en aquellos cafés abarrotados de un "público que paga"..."" (Miguel Mora en "La Voz de los Flamencos")
Silverio Franconetti, el Gran Payo, demostraría que lo que Demófilo llamaba muerte no era sino evolución, sin olvidar que la mayoría de los estilos flamencos nacieron en la época gloriosa de los Cafés Cantantes.
--Fernando Rodríguez Gómez (Triana, 1.867 - Camas (Sevilla), 1.940), más conocido como Fernando el de Triana, cantaor profesional y autor del libro "Arte y Artistas Flamencos", editado en 1.935, también teme por la decadencia y escasez de cantaores sistemáticos como Juan Breva, El Canario, Chacón, Fosforito el Viejo, etc. y critica a la pléyade de "niños" y "niñas" que sólo saben cantar fandangos y milongas.
""Estos niños ya se sabe: fandangos y más fandangos, pero todos los fandangos iguales; y si el público tiene el mal gusto de hacerles repetir, se dejan venir con el "Sordao herío" o "Juan Simón" (...) ¿Por qué el público que paga no obliga a esa legión de marchosos, amparados, sin derecho a ello, en el nombre de artistas, a que aprendan a cantar y cuando sepan que lo exploten profesionalmente?...""
En esta época de la llamada Ópera Flamenca, denostada por tantos y tantos flamencológos, se crearon los fandangos de Pepe Palanca, el Gloria, José Cepero, Macandé, Manuel Vallejo, El Carbonerillo, el Niño de la Calzá, Antonio El Sevillano, Pérez de Guzmán, Niño de Fregenal y tantos otros. Y no digamos nada de las colombianas y otros de los llamados Cantes de Ida y Vuelta.
--Antonio Mairena (Mirena del Alcor, 1.909 - Sevilla, 1.983) grande entre los grandes, una enciclopedia del cante que estudió, investigó, recuperó y revalorizó cantes que, de no ser por él, se habrían perdido en la noche de los tiempos. Todo lo bueno que se diga de él será siempre poco; pero creo que cometió el error de intentar dogmatizar y proclamar lo que era válido y lo que no lo era, primando al cante gitano por encima de todo.
--Mas dogmáticos aún fueron sus seguidores y la corriente del Mairenismo sacralizando la figura del Maestro a extremos casi heréticos. Muchos seguidores de esta corriente hablan de la estética de lo jondo de forma excluyente identificándola con el lema "Jondo o Nada". Para mí la estética de lo jondo se identifica con la pintura, la poesía, la fotografía y todas las manifestaciones artísticas inspiradas o basadas en el Arte Flamenco.
--Antonio Nuñez "El Chocolate" (Jerez de la Frontera, 1.930 - Sevilla, 2.005) en su disco "Mis setenta años de cante" escribe:
""Recuerdo con tristeza un Flamenco grande y universal. Un Flamenco espiritual y hermoso que muchos hombres y mujeres -artistas y aficionados- contribuyeron a que sea una de las músicas más reconocidas del mundo, y creo que se nos va. Me estoy quedando solo.""
--Manuel Agujetas, de una de las sagas cantaoras más flamenca y más gitana de Jerez, cantaor con denominación de origen, es todavía más drástico y claro:
De uno de los programas de la serie "Algo más que Flamenco" que presentaron Sara Baras y Paco Sánchez y repuesto recientemente por el Canal Clásico de RTVE
Podríamos seguir con más citas y esto sería interminable.
A todos estos grandes personajes, desde su exclusivo punto de vista, no les falta razón. Pero yo, humildemente, pienso que se equivocaron al considerar al Arte Flamenco sólo bajo una parte del mismo (cante gitano, cante puro, cante grande, baile de Jerez, etc.)
Para mí el Flamenco es mucho más. En la música flamenca caben los gritos desgarrados de una seguiriya cantada por Manuel Agujetas, las filigranas melismáticas de un Pepe Marchena, las novedosas creaciones de Morente, Paco de Lucía, Lebrijano o Sara Baras (por citar sólo unos pocos), los fandangos, las milongas, las soleares, las bulerías y por qué no las fusiones con otras músicas. Todo eso, siempre que tenga calidad, no acabará con el Flamenco sino que lo enriquecerá y lo hará cada vez más grande.
No sabemos como será el Flamenco del siglo XXII; pero lo que no me cabe duda es que seguirá existiendo.
Termino con este "Poema del Tiempo", fragmento de "Así que pasen cinco años" de Federico García Lorca, que nos canta Enrique Morente acompañado por las guitarras de Juan Carmona Habichuela, Montoyita y la bandurria de Rafael Andujar.
¡Que lo disfruten!
XXX. Enrique Morente. Poema del tiempo
(Suprimido por el autor)
Para mí el Flamenco es mucho más. En la música flamenca caben los gritos desgarrados de una seguiriya cantada por Manuel Agujetas, las filigranas melismáticas de un Pepe Marchena, las novedosas creaciones de Morente, Paco de Lucía, Lebrijano o Sara Baras (por citar sólo unos pocos), los fandangos, las milongas, las soleares, las bulerías y por qué no las fusiones con otras músicas. Todo eso, siempre que tenga calidad, no acabará con el Flamenco sino que lo enriquecerá y lo hará cada vez más grande.
No sabemos como será el Flamenco del siglo XXII; pero lo que no me cabe duda es que seguirá existiendo.
Termino con este "Poema del Tiempo", fragmento de "Así que pasen cinco años" de Federico García Lorca, que nos canta Enrique Morente acompañado por las guitarras de Juan Carmona Habichuela, Montoyita y la bandurria de Rafael Andujar.
¡Que lo disfruten!
XXX. Enrique Morente. Poema del tiempo
(Suprimido por el autor)
*****
A un gachó que presumía
de ser mu puro de raza
y de sangre esclarecía,
como nunca se lavaba,
la mugre se lo comía
Ginés Jorquera (Fandango)
A un gachó que presumía
de ser mu puro de raza
y de sangre esclarecía,
como nunca se lavaba,
la mugre se lo comía
Ginés Jorquera (Fandango)