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Las barberías de las sonantas
Manuel Álvarez Soruve (Sorubet, en algunos textos), conocido en el mundo flamenco como Manolo de Badajoz, nació en la capital pacense en 1.892 (o 1.889) y falleció en Madrid en 1.962. Perteneció a una saga de guitarristas y barberos cuyo origen estuvo en su padre, el maestro Paco, que regentaba una barbería donde recalaban todos los flamencos, que eran muchos, que acudían a la ciudad por aquella época.
Dos hermanos suyos (Pepe y Ernesto) también ejercían las dos profesiones de barbero y guitarrista. Un hijo de Manolo, Justo, ha sido continuador de la dinastía y todos ellos adoptaron el sobrenombre artístico de su ciudad de nacimiento: Badajoz.
Sobre el singular papel que desempañaron los barberos en el origen y formación del Arte Flamenco es muy interesante el artículo escrito por Eusebio Rojas "Los barberos españoles y la guitarra" y como decía Eduardo Molina Fajardo:
La existencia de esta saga ha animado a algunos a defender la teoría de la existencia de una escuela de toque extremeña. Ángel Álvarez Caballero no lo cree así, ya que todos estuvieron en la órbita de la influencia de Ramón Montoya, aunque tuvieran ciertos rasgos comunes al estar vinculados a un lugar concreto y a una familia determinada.
Pepe fue el primero en marchar a Madrid y después lo hizo Manolo donde se afincó definitivamente llegando a ser vecino de Ramon Montoya en la calle Lavapiés. Ernesto se quedó en Badajoz regentando la barberia familiar y fue el guitarrista habitual que acompañó a Porrina hasta que se marchó a Madrid.
Manolo, el más destacado de la familia sin lugar a dudas, acompañó a todas las primeras figuras del cante de su tiempo (Niña de los Peines, Juan Varea, el Gloria, Manolo Caracol, Niña de la Puebla, José Cepero, Pepe Palanca, Niño del Museo, Bernardo el de los Lobitos, Pepe el Molinero, ...) y grabó más de setecientos títulos (ocho fueron solos de guitarra).
Siguió en muchos aspectos el toque de Javier Molina y Ramón Montoya dándole primacía y mayor importancia al cante por encima del toque. Joaquín Rojas Gallardo lo expresa así:
""...compás justo, falsetas a tiempo y firme propósito de no molestar en ningún momento al cantaor y de ayudarle en todo lo posible, no sólo con el instrumento de las seis cuerdas sino también con su especial forma de jalear...""
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Manolo de Badajoz acompaña a Bernardo el de los Lobitos por fandangos
XXX.
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Dos hermanos suyos (Pepe y Ernesto) también ejercían las dos profesiones de barbero y guitarrista. Un hijo de Manolo, Justo, ha sido continuador de la dinastía y todos ellos adoptaron el sobrenombre artístico de su ciudad de nacimiento: Badajoz.
Sobre el singular papel que desempañaron los barberos en el origen y formación del Arte Flamenco es muy interesante el artículo escrito por Eusebio Rojas "Los barberos españoles y la guitarra" y como decía Eduardo Molina Fajardo:
""...los más de los barberos
son guitarristas y copleros...""
son guitarristas y copleros...""
Pepe fue el primero en marchar a Madrid y después lo hizo Manolo donde se afincó definitivamente llegando a ser vecino de Ramon Montoya en la calle Lavapiés. Ernesto se quedó en Badajoz regentando la barberia familiar y fue el guitarrista habitual que acompañó a Porrina hasta que se marchó a Madrid.
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Manolo de Badajoz acompaña a Juan Varea en "La Niña de Fuego"
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Manolo de Badajoz acompaña a Juan Varea en "La Niña de Fuego"
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Manolo, el más destacado de la familia sin lugar a dudas, acompañó a todas las primeras figuras del cante de su tiempo (Niña de los Peines, Juan Varea, el Gloria, Manolo Caracol, Niña de la Puebla, José Cepero, Pepe Palanca, Niño del Museo, Bernardo el de los Lobitos, Pepe el Molinero, ...) y grabó más de setecientos títulos (ocho fueron solos de guitarra).
Siguió en muchos aspectos el toque de Javier Molina y Ramón Montoya dándole primacía y mayor importancia al cante por encima del toque. Joaquín Rojas Gallardo lo expresa así:
""...compás justo, falsetas a tiempo y firme propósito de no molestar en ningún momento al cantaor y de ayudarle en todo lo posible, no sólo con el instrumento de las seis cuerdas sino también con su especial forma de jalear...""
Manolo de Badajoz acompaña a la Niña de los Peines en una petenera
El escritor pacense Manuel Iglesias publicó en 2.008 un libro titulado "La barberia de las sonantas" en el que escribe sobre los descendientes del Maestro Paco y sus aportaciones al flamenco de finales del siglo XIX y parte del XX. En la presentación del citado libro, entre otras cosas, dijo:
""Acercarnos a la figura de Manolo de Badajoz es situarnos junto al guitarrista flamenco más completo que ha dado Extremadura, sobresaliendo sobre todo en su faceta de acompañamiento al cante, donde destacó entre los mejores de su generación""
Dos calles de los aledaños de la Plaza Alta de Badajoz, barrio flamenco por excelencia, donde se encontraba la Barbería del Maestro Paco y en cuyos bares y mesones se reunían las troupes de flamencos que venían a actuar a la ciudad.
Por estos lares se encontraban también los salones o Cafés Cantantes de la época como "La Imperial", el "Franconetti", el "Novedades" y algunos más.
Al fondo destaca la Torre de Espantaperros
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No llores guitarra mía
porque me veas llorar.
Tú eres mi única alegría
y cuando me pongo a tocar
todas las penas a mí se me olvidan
No llores guitarra mía
porque me veas llorar.
Tú eres mi única alegría
y cuando me pongo a tocar
todas las penas a mí se me olvidan
Fandango a la guitarra de José Tejada, Pepe Marchena.