¡¡¡QUÉ GRANDE EL NIÑO MIGUEL!!!

Manolo Simón

   En el pasado verano del presente año, en los estudios de "La Bodega" de Jerez  y con la guitarra de Pascual de Lorca, grabó Manolo Simón el disco titulado "Plaza de los Herradores" con el subtítulo de "Antología del Fandango".

   No sólo se reivindican figuras importantes y grandes creadores de este, algunas veces denostado, estilo flamenco. José Cepero, Manuel Torres, El Carbonerillo, Niño de Aznalcollar y muchos más son recordados en la voz de Manolo Simón.  Además, Manolo Simón, rinde homenaje al fandango en general, un estilo, que como ya he dicho, no siempre ha sido bien valorado.

   El propio Manolo Simón, en las muchas entrevistas que le han hecho en las presentaciones del disco, cuenta cómo en los festivales o conciertos, el público se remueve en sus asientos y se levanta un murmullo de aprobación, unido a aplausos y olés, cuando anuncia que va a cantar por fandangos. Vamos que el fandango sigue vivo y apreciado por muchos aficionados.

   Pues bien, en el mencionado disco, en el corte o pista cinco, con fandangos de Cabeza Rubia y Alosno, rinde homenaje al Niño Miguel en las tres coplas que canta.

AUDIO

"Al Niño Miguel"

Fandangos de Cabeza Rubia y Alosno

Letra y cante:  MANOLO  SIMÓN

Guitarra: PASCUAL DE LORCA

Pertenece al CD recién publicado "Plaza de los Herradores"

y que constituyo una "Antología del Fandango"

   Me uno a los homenajes pretendidos por Manolo Simón:

• Al FANDANGO en general
• A los grandes creadores de este estilo flamenco
• Y especialmente al NIÑO MIGUEL, ese gran artista al que se le cruzó un día ese "caballo blanco" del que nos habla Manolo Simón.

  Y, por supuesto, animo a todos a hacerse con el mencionado disco. No debe faltar en la discoteca de un buen aficionado.  

*****

Esa guitarra gitana

con huellas de amanecer,

esa guitarra gitana,

con tres cuerdas le sobraban

tocando el Niño Miguel

al clarear la mañana.

Caballo blanco que matas

y pones al mundo al revés,

caballo blanco que matas,

cabalgaste por las venas,

¡Dios mío del alma!, que pena,

por las del Niño Miguel.

De bronce,

y príncipe del compás,

gitano color de bronce,

quien te escuchó alguna vez

nunca te podrá olvidar:

¡Qué grande EL NIÑO MIGUEL!