FALLECE
Descanse en Paz
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Si se muere la guitarra
enterradla en el río
para que la toque el agua.
Rafael Guillén
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Amigo Pedro, te mando este sencillo poema dedicado a Paco de
Lucía:
Año dos mil catorce,
veintiséis de Febrero,
el flamenco tiene pena,
es triste día de duelo.
¡Paco de Lucía ha muerto!
Se le paró el corazón.
La guitarra del maestro,
desconsolada quedó.
Yo que templé mi voz,
con el caudal sonoro
del músico universal,
hoy su pérdida lloro:
Y por la fuerte impresión
tengo muda la garganta,
porque mi alma murió
con el rey de la sonanta.
De Andalucía y flamenco,
de Algeciras y español,
un hermano guitarrista
y el otro buen cantaor.
Sesenta y seis años,
tenía dos menos que yo,
y se sintió mal herido
jugando con un balón:
En el jardín de su casa,
junto a su hijo menor,
en el Cancún mexicano,
donde en familia vivió.
Recuerdo tiempos lejanos
en la ciudad de Madrid.
Calle de la Ilustración,
diecisiete, primero,
junto a Norte, Estación :
Paco de Lucía soltero,
formaba unión familiar
con hermanos, compañeros:
Pepe y Ramón de Algeciras,
padre y una madre singular.
Qué amable era su madre,
la portuguesa Lucía.
En mitad de los ensayos
la merienda nos traía:
A Paco, Ramón y Pepe,
Antonio hermano mayor,
Fosforito, Felipe Lara,
Curro de Utrera y Camarón.
Preparamos en tres meses
flamenco de antología,
que en Fonográm grabamos
y Philips editaría.
Primero fue Camarón,
después Ramón de Algeciras,
y ahora qué pena ¡mare!
El genial, Paco de Lucía.
Ya las risas cantarinas
de las notas de guitarra,
no van de bordón a prima;
porque la noche es amarga
como taranta en la mina.
La siguiriya sonó
sin las notas cristalinas.
Solo se escucha el bordón,
porque la muerte asesina
al maestro se llevó.
Adiós Paco de Lucía…
Te marchaste pero queda
tu arte de gran valía,
que nos hará recordarte
al escuchar cada día:
Amplia obra que grabaste,
unas veces solitario,
otras con gran compañía;
que disfrutaremos todos
con emoción y alegría.
Un abrazo de Felipe Lara