Vallejo y Marchena
Al final de la década de los cincuenta y principio de los sesenta del siglo pasado visitaba con mucha frecuencia la calle Mérida (Coronel Rada durante la dictadura de Franco) de mi pueblo: Villafranca de los Barros (Badajoz). El motivo era muy personal: en el número 28 vivía mi novia, la que después sería la madre de mis hijos y que ha compartido conmigo toda una vida.
En la esquina de la mencionada calle, con una casa de por medio, estaba la Taberna de García.
Allí, por diez reales más o menos podías beberte un coguto (1/3 de litro aprox.) de vino con un platino de aceitunas, altramuces o cacahuetes y si tenías suerte podías escuchar a su propietario, García, cantar por soleares, seguiriyas, tientos o fandangos que todo se le daba bien.
AUDIO
"Le pegué un tiro a una liebre" Fandangos
Una de las preferidas de García
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Cante: Marqués de Porrina
Guitarra: Justo de Badajoz
Allí, cuando había "cantaores" en el Cine de Verano o en el Teatro López Romero solían acabar algunos artistas deseosos de escuchar el cante de su dueño y de paso hacer una juerguecita. Por allí pasaron alguna vez Porrina, Farina y algunos más de menos fama.
Allí, si llegabas en el momento adecuado, podías oir cantar a Eloy Cestero, Ventura Chavero, Polín Conde y algunos otros buenos aficionados del pueblo.
AUDIO
"Me gusta estar en la sierra". Colombianas
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Cante: Pepe Marchena
Guitarra: Ramón Montoya y ¿Paquito Hortelano?
Segunda voz: Paquito Hortelano
Allí acudía, siempre que era requerido, el maestro José Domínguez "Marcoló" (por el paludismo que padeció en su juventud) para acompañar con su sonanta aquellos cantes.
AUDIO
Tientos
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Guitarra: José Domínguez "Marcoló"
Allí acudíamos mi novia y yo a mirar por las ventanas en cuanto sentíamos lo voz potente de Garcia o el cante de algún otro cliente pues, casi siempre, era el comienzo de la juerga que se había estado gestando. Creo que era el único sitio del pueblo a donde nunca iban los guardias municipales para hacer cumplir el obligado cartel de:
Pues allí, en algún lugar del establecimiento, se sentaban casi a diario Vallejo y Marchena muy conocidos en el barrio. Cuando falleció Vallejo podías seguir viendo a Marchena siempre acompañado de sus amigos.
AUDIO
"¿Qué te pasa prima?. Seguiriya y cambio
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Cante: Manuel Vallejo
Guitarra: Niño Ricardo
Tranquilos que no se ma ha ido la olla. Me explico:
En plena rivalidad entre estos dos cantaores (años treinta más o menos) los aficionados al cante se enzarzaban en bizantinas discusiones sobre quien era mejor de los dos como si de un colchonero y un merengue se tratara alabando a sus respectivos equipos de futbol.
Un vecino de la calle Méndez Núñez, prolongación de la calle Mérida, a quien ni mujer ni yo conocimos, tenía dos hijos y no se le ocurrió otra cosa que ponerles de nombre Vallejo al mayor y Marchena al más pequeño. Todos en el barrio los conocíamos por esos nombres. Con ello quiso dejar, y dejó, bien sentado que él era partidario de los dos.
Así pues, insisto y repito con todas las consecuencias: Vallejo y Marchena eran dos hermanos, buenas personas, buenos vecinos de Villafranca, apreciados en el barrio y asiduos clientes de la Taberna de García.
En la esquina de la mencionada calle, con una casa de por medio, estaba la Taberna de García.
Allí, por diez reales más o menos podías beberte un coguto (1/3 de litro aprox.) de vino con un platino de aceitunas, altramuces o cacahuetes y si tenías suerte podías escuchar a su propietario, García, cantar por soleares, seguiriyas, tientos o fandangos que todo se le daba bien.
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"Le pegué un tiro a una liebre" Fandangos
Una de las preferidas de García
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Cante: Marqués de Porrina
Guitarra: Justo de Badajoz
Allí, cuando había "cantaores" en el Cine de Verano o en el Teatro López Romero solían acabar algunos artistas deseosos de escuchar el cante de su dueño y de paso hacer una juerguecita. Por allí pasaron alguna vez Porrina, Farina y algunos más de menos fama.
Allí, si llegabas en el momento adecuado, podías oir cantar a Eloy Cestero, Ventura Chavero, Polín Conde y algunos otros buenos aficionados del pueblo.
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"Me gusta estar en la sierra". Colombianas
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Cante: Pepe Marchena
Guitarra: Ramón Montoya y ¿Paquito Hortelano?
Segunda voz: Paquito Hortelano
Allí acudía, siempre que era requerido, el maestro José Domínguez "Marcoló" (por el paludismo que padeció en su juventud) para acompañar con su sonanta aquellos cantes.
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Guitarra: José Domínguez "Marcoló"
Allí acudíamos mi novia y yo a mirar por las ventanas en cuanto sentíamos lo voz potente de Garcia o el cante de algún otro cliente pues, casi siempre, era el comienzo de la juerga que se había estado gestando. Creo que era el único sitio del pueblo a donde nunca iban los guardias municipales para hacer cumplir el obligado cartel de:
Pues allí, en algún lugar del establecimiento, se sentaban casi a diario Vallejo y Marchena muy conocidos en el barrio. Cuando falleció Vallejo podías seguir viendo a Marchena siempre acompañado de sus amigos.
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"¿Qué te pasa prima?. Seguiriya y cambio
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Cante: Manuel Vallejo
Guitarra: Niño Ricardo
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Tranquilos que no se ma ha ido la olla. Me explico:
En plena rivalidad entre estos dos cantaores (años treinta más o menos) los aficionados al cante se enzarzaban en bizantinas discusiones sobre quien era mejor de los dos como si de un colchonero y un merengue se tratara alabando a sus respectivos equipos de futbol.
Un vecino de la calle Méndez Núñez, prolongación de la calle Mérida, a quien ni mujer ni yo conocimos, tenía dos hijos y no se le ocurrió otra cosa que ponerles de nombre Vallejo al mayor y Marchena al más pequeño. Todos en el barrio los conocíamos por esos nombres. Con ello quiso dejar, y dejó, bien sentado que él era partidario de los dos.
Así pues, insisto y repito con todas las consecuencias: Vallejo y Marchena eran dos hermanos, buenas personas, buenos vecinos de Villafranca, apreciados en el barrio y asiduos clientes de la Taberna de García.
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Y si no es verdad
esto que yo digo,
si no es verdad,
que Dios me mande un castigo muy grande,
si me lo quiere a mí mandar
Y si no es verdad
esto que yo digo,
si no es verdad,
que Dios me mande un castigo muy grande,
si me lo quiere a mí mandar
Toná de remate (popular)
Preciosa historia, Pedro. Aunque algunos lo niegan, siempre he defendido a Badajoz (Tierra de Barros, sobre todo) como otra de las provincias flamencas. Un abrazo desde Córdoba.
ResponderEliminarGraciosa historia, y para ti de unos bellos recuerdos.
ResponderEliminarYo me sonreia a medida que iba leyéndola porque me recordaba mucho que en los años primeros de los 60, había en Castellón dos toreros. Ninguno de los dos ha alcanzado la fama, pero tenían tal cantidad de fans repartidas entre uno y otro que cuando uno de ellos toreaba saltaban los comentarios como tu bien dices al igual que los partidarios de diferentes equipos de fútbol. Especialmente, según cuentan, en la plaza del mercado las vendedoras que pertenecían al "equipo" tenían sus comentarios en favor o en contra, y animados temas de conversación.
Maestro una entrada maravillosa sobre todo por el aspecto personal que le da,tiempos bonitos y entrañables,la fotografías y los audios me han regalado un momento para escuchar de su mano esos cantes que estremecen.
ResponderEliminarMe han gustados los fandangos y esa Seguiriya de las buenas.
Disculpe mi ausencia ha sido por motivos imponderables y contra eso incluyendo a blogger a veces no se puede.
Por supuesto esos tientos me han deja'o con la empaliza'a en el suelo.
ResponderEliminarque guitarra para oírse bonita. De antología.
Abrazos.