lunes, 10 de febrero de 2014

FELIPE LARA 104 (Malagueña de La Trini)

104
CURSO:
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL FLAMENCO

                                              




Por Felipe Lara 


Colaboración musical: 
Felipe Gértrudix y 
Manuel Gértrudix









 Malagueña de “La Trini”


 

   La vida y profesión de Trinidad Navarro Carrillo, conocida en el mundo del flamenco por “La Trini”, se desarrolla principalmente en su ciudad natal, Málaga, entre 1868 y 1917. Sin embargo, el reconocimiento de su talento artístico-creativo para los cantes de Levante en general, y muy especialmente por malagueñas y cartageneras, motiva sus frecuentes salidas a otras ciudades andaluzas, donde, solicitada por los empresarios de los cafés cantantes de la época, celebra con rotundo éxito sus actuaciones. Se tiene noticias de su muerte en 1917 en La Línea de la Concepción (Cádiz).    





   Su cante nos ha llegado a través de los grandes maestros: Pena Hijo, Manuel Centeno y Pastora Pavón. La malagueña de la Trini está considerada como uno de los cantes grandes de Málaga y sin duda fue ésta una mujer con gran inspiración y dotes creadoras.

   Es verdad que el amor no correspondido puede llevar hasta el extremo de perder la fe en cuanto rodea al ser humano que lo padece. De esto nos hablan muchas letras de malagueñas, que no en vano, como la de La Trini, se han ganado el calificativo de tremendistas.



AUDIO
"Se olvidan los sentimientos"
Malagueña al estilo de La Trini
Letra y cante. FELIPE LARA
Música y guitarra: Félix de Utrera
Grabación de 1.971








SE OLVIDAN LOS SENTIMIENTOS
“Malagueña de la Trini”

A fuerza de padecer,
se olvidan los sentimientos
de sufrir por tu querer;
hasta la fe estoy perdiendo,
no quiero volverte a ver.




Enlaces




*****

UNA CASA DEFORMADA

“introducción”

Un país es como una casa,
puede estar muy sano
o lleno de destructoras termitas.





“poema”

Hay en el mundo viviendas,
aunque viejas en el tiempo,
muy poco deterioradas;
que con pequeña reforma
tienen su vida alargada.

Más no podremos jamás,
a una casa deformada,
sostenerla con remiendos;
con las termitas royendo
sus vigas apuntaladas.

Ante el brutal deterioro,
sólo cave derribarla,
vaciar hasta los cimientos;
y de parásitos limpiarla
con muchísimo talento.

No hay que olvidar jamás,
que los virus, las bacterias,
las termitas o carcomas;
buscando el menor resquicio,
por cualquier lugar asoman.

Solo a partir de la cura,
podremos edificar,
sólida casa y segura;
felices de la cordura,
que tuvimos al tirar:

¡Aquel montón de basura,
que acumulara la usura,
indigna putrefacción;
más propia del cuarto mundo,
que de un pueblo de la Unión!

Felipe Lara

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